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Cirugía para el espasmo hemifacial

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El espasmo hemifacial (EHF) es un trastorno neurológico caracterizado por contracciones involuntarias de los músculos de un lado de la cara. Los espasmos suelen comenzar alrededor del ojo y pueden extenderse a la boca, la mandíbula y otros músculos faciales. El espasmo hemifacial es causado por la irritación o compresión del nervio facial cuando sale del tronco del encéfalo. Esto puede ser causado por un vaso sanguíneo que presiona el nervio, rara vez un tumor u otra afección subyacente.

Los síntomas del espasmo hemifacial pueden variar desde espasmos leves hasta espasmos severos que afectan su capacidad para hablar o cerrar los ojos. Las opciones de tratamiento para el espasmo hemifacial incluyen medicamentos, inyecciones de Botox, bloqueos nerviosos y cirugía para corregir la causa subyacente. La cirugía es la única opción que potencialmente puede curar esta afección.

Opciones de tratamiento para el espasmo hemifacial

El tratamiento exacto para el espasmo hemifacial depende de la causa subyacente y la gravedad de la afección. El objetivo del tratamiento es reducir o eliminar los espasmos musculares y mejorar su calidad de vida. Muchos pacientes preguntan: "¿Cómo me deshago de los espasmos hemifaciales?" Varias opciones de tratamiento pueden ayudar, pero la cirugía es el único método potencialmente curativo. Las opciones de tratamiento no quirúrgico para el espasmo hemifacial incluyen:

  • Medicamentos: los medicamentos anticonvulsivos, como la carbamazepina y el ácido valproico, pueden ayudar a reducir o eliminar los síntomas del espasmo hemifacial en algunas personas. Sin embargo, es posible que no sean eficaces en muchos casos y pueden tener efectos secundarios.
  • Inyecciones de Botox: las inyecciones de onabotulinumtoxin A (Botox, Allergan Aesthetics, Irvine, CA) se pueden usar para relajar los músculos que causan los espasmos. Por lo general, las inyecciones se administran cada 3 o 4 meses para mantener el efecto.

Los espasmos pueden reaparecer con más frecuencia y antes a medida que pasa el tiempo y se realizan más inyecciones. El regreso gradual de los espasmos puede resultar molesto para muchos pacientes al final de cada ciclo de inyección de Botox, lo que lleva a los pacientes a buscar una solución más definitiva mediante la cirugía. Además, la inyección de Botox a largo plazo puede provocar debilidad facial permanente y deformidad cosmética que es inaceptable para muchos pacientes. Por lo tanto, se debe considerar seriamente la cirugía temprana.

Un neurocirujano con amplia experiencia en esta cirugía puede minimizar los riesgos de la cirugía y brindar mejores resultados.

  • Bloqueos nerviosos: un bloqueo nervioso es una inyección de un anestésico local y un esteroide alrededor del nervio facial. Esto puede ayudar a reducir la inflamación y aliviar los espasmos. Los bloqueos nerviosos generalmente se usan para alivio a corto plazo y no son una solución a largo plazo.

Cirugía para el espasmo hemifacial

Las dos opciones principales de tratamiento quirúrgico para el espasmo hemifacial son la descompresión microvascular (MVD) y, muy raramente, la termocoagulación por radiofrecuencia (RFTC). La descompresión microvascular suele ser el método de elección.

Descompresión microvascular

El procedimiento quirúrgico más común utilizado para tratar el espasmo hemifacial se llama descompresión microvascular. Este procedimiento se realiza con anestesia general y consiste en realizar una pequeña incisión detrás de la oreja para realizar una pequeña abertura en el cráneo y acceder al nervio facial. Una vez localizado el nervio, se inserta una pequeña almohadilla o esponja entre el vaso sanguíneo y el nervio para descomprimir el nervio.


                                        
                                            Figura 1: (Izquierda) Se marca una incisión detrás de la oreja (línea azul). (Derecha) Se encuentra el vaso sanguíneo causante comprimiendo el nervio facial y se coloca un cojín (implante de teflón) entre ellos para aliviar la presión.

Figura 1: (Izquierda) Se marca una incisión detrás de la oreja (línea azul). (Derecha) Se encuentra el vaso sanguíneo causante comprimiendo el nervio facial y se coloca un cojín (implante de teflón) entre ellos para aliviar la presión.

Este procedimiento tiene una alta tasa de éxito: más del 80% de los pacientes experimentan una mejora significativa o resolución de los espasmos poco después de la cirugía. Sin embargo, hasta el 10% de los pacientes pueden experimentar recurrencia y requerir tratamiento adicional. No todos los pacientes serán buenos candidatos para la cirugía. Analice las opciones de tratamiento con su cirujano para determinar si la descompresión microvascular es adecuada para usted.

En este vídeo, el Dr. Cohen describe las técnicas quirúrgicas para tratar el espasmo hemifacial.

Para obtener más información sobre los aspectos técnicos de la cirugía y la amplia experiencia del Dr. Cohen, consulte el capítulo sobre Descompresión microvascular para el espasmo hemifacial en el Neurosurgical Atlas.

Termocoagulación por radiofrecuencia

Otra opción quirúrgica para tratar el espasmo hemifacial se llama termocoagulación por radiofrecuencia. Este procedimiento se realiza con anestesia local y se utiliza una sonda especial para calentar y dañar parcialmente las fibras nerviosas que causan los espasmos. Aunque la termocoagulación por radiofrecuencia es menos invasiva que la descompresión microvascular y tiene un tiempo de recuperación más corto, suele ser menos eficaz para aliviar los síntomas y tiene una tasa de recurrencia más alta. Este procedimiento está reservado para pacientes que no pueden someterse a una cirugía.

Generalmente se prefiere la descompresión microvascular a la termocoagulación por radiofrecuencia. Debido a que se daña intencionalmente el nervio facial, esto causará cierto grado de debilidad facial permanente después del procedimiento.

Riesgo de la cirugía para el espasmo hemifacial

Como ocurre con cualquier procedimiento quirúrgico, la descompresión microvascular conlleva riesgos y posibles complicaciones. Debido a que el procedimiento implica encontrar el nervio facial y aplicar una almohadilla para descomprimirlo dentro de los límites de un pequeño espacio de trabajo, los riesgos y complicaciones potenciales están relacionados con el daño al nervio y sus alrededores. Éstas incluyen:

  • Pérdida de audición: algunos pacientes pueden experimentar pérdida de audición total en el lado quirúrgico. Aproximadamente el 5% de los pacientes pueden tener pérdida auditiva parcial.
  • Debilidad facial: La debilidad facial permanente en el lado afectado puede ocurrir hasta en un 6% de los pacientes, aunque hasta un 20% de los pacientes pueden experimentar debilidad facial temporal inmediatamente después del procedimiento que desaparecerá con el tiempo.
  • Deterioro de la coordinación: hasta el 5% de los pacientes pueden experimentar desequilibrio y problemas para caminar después del procedimiento.
  • Ronquera o dificultad para tragar: en raras ocasiones los pacientes pueden experimentar una sensación de ronquera o dificultad para tragar. Esto suele ser menor y temporal.

Estos riesgos son significativamente menores en manos de cirujanos experimentados.

Otras posibles complicaciones de la cirugía que afecta al cerebro incluyen sangrado, infección y fuga de líquido cefalorraquídeo. Después de la cirugía, es probable que permanezca en el hospital durante 1 o 2 días y lo controlarán para detectar la presencia de complicaciones.

Es probable que pueda regresar a sus actividades diarias promedio dentro de una semana después de la cirugía y regresar a un trabajo de oficina a las dos semanas.

Tratamiento para afecciones que imitan un espasmo hemifacial

El espasmo hemifacial puede parecerse a otros trastornos del movimiento de la cara, como la mioquimia facial. La mioquimia facial es una afección caracterizada por contracciones musculares finas y espontáneas en una o más áreas de la cara. Estas contracciones pueden aparecer como espasmos u ondulaciones de la piel y pueden ir acompañadas de una sensación de hormigueo o ardor. En algunos casos, las contracciones pueden limitarse a una pequeña zona de la cara, como el párpado o la mejilla, pero en otros casos pueden afectar a zonas más grandes de la cara, como la boca, la mandíbula e incluso el cuello.

Se desconoce la causa exacta de la mioquimia facial, pero se cree que está relacionada con la irritación o disfunción de los nervios que controlan los músculos faciales. Algunas posibles causas de mioquimia facial incluyen:

  • Inflamación del nervio facial (parálisis de Bell).
  • Lesión o traumatismo en la cara.
  • Tumores u otros crecimientos en o cerca del nervio facial.
  • Esclerosis múltiple.
  • Toxinas o medicamentos.
  • Trastornos neurológicos o metabólicos.
  • Idiopático, sin causa subyacente encontrada.

El tratamiento de la mioquimia facial se centra en el manejo de la afección subyacente o en el uso de medicamentos como inyecciones de Botox o medicamentos anticonvulsivos que pueden aliviar los síntomas. Sin embargo, la mioquimia facial normalmente se resuelve por sí sola en semanas o meses. Busque atención médica para determinar la causa de sus espasmos faciales y comenzar el tratamiento adecuado.

Conclusiones clave

  • El espasmo hemifacial es un trastorno neurológico que provoca contracciones involuntarias de los músculos de un lado de la cara.
  • La descompresión microvascular es un procedimiento quirúrgico que se puede utilizar para tratar el espasmo hemifacial aliviando la presión sobre el nervio facial.
  • Más del 85% de los pacientes experimentarán una cura duradera y un alivio de los espasmos después de la descompresión microvascular.
  • Los riesgos de la descompresión microvascular son pequeños e incluyen debilidad facial, pérdida de audición, ronquera, alteración de la coordinación, infección y sangrado.

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