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Perspectiva de recuperación de una malformación arteriovenosa

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Las malformaciones arteriovenosas (MAV) son vasos sanguíneos anormales con conexiones inadecuadas entre arteria y vena. La mayoría de las personas no experimentan síntomas hasta que se rompe la MAV. Afortunadamente, las MAV se pueden curar mediante cirugía, a veces en combinación con otras opciones de tratamiento, como la embolización endovascular y la radiocirugía. Obtenga más información sobre las perspectivas de recuperación de las MAV a continuación.

¿Cuáles son las opciones de tratamiento para las MAVs?

Las opciones de tratamiento de las MAV incluyen cirugía, embolización endovascular y/o radiocirugía. La decisión de seguir una opción de tratamiento u otra depende de las características del paciente y de la MAV. La prevención de la rotura de la MAV es el objetivo principal del tratamiento, pero el riesgo de rotura de la MAV es diferente para cada paciente.

La probabilidad de rotura de una MAV es del 2 al 4% cada año, aunque es mayor en las MAV con aneurismas asociados, las MAV ubicadas en lo profundo del cerebro o aquellas con una sola vena de drenaje. El riesgo de ruptura sin tratamiento debe sopesarse con el riesgo de sufrir complicaciones neurológicas después de la intervención. Los riesgos de la cirugía se pueden predecir según el grado de una MAV. Una MAV de bajo grado suele ser más pequeña y/o estar ubicada más cerca de la superficie del cerebro, lo que permite una cirugía más fácil y segura con mejores resultados.

La embolización endovascular y la radiocirugía son otras opciones de tratamiento que pueden usarse en combinación con la cirugía para facilitar la extirpación completa o pueden usarse solas si la cirugía es demasiado arriesgada. Cada tratamiento se describe con más detalle a continuación.

Cirugía: la MAV se extirpa quirúrgicamente y el flujo sanguíneo se desvía a vasos sanos. Debido a que las MAV generalmente no vuelven a crecer, la eliminación completa de la MAV da como resultado una cura inmediata y permanente. Las MAV ubicadas en áreas profundas del cerebro presentan mayores riesgos de complicaciones neurológicas después de la extirpación quirúrgica y pueden no ser susceptibles de una resección segura. La eliminación incompleta de las MAV no es segura y se asocia con un mayor riesgo de hemorragia posterior.

Embolización: la embolización endovascular es un método mínimamente invasivo que consiste en insertar un pequeño tubo flexible (catéter) en la ingle. El catéter se hace avanzar hasta los vasos sanguíneos involucrados en la MAV. Se libera un pegamento especial que se solidifica rápidamente y bloquea el flujo sanguíneo a la MAV. Esto se puede realizar antes de la cirugía para ocluir los vasos sanguíneos de las MAV profundas que son difíciles de alcanzar quirúrgicamente.

Radiocirugía: a pesar de tener “cirugía” en su nombre, la radiocirugía es en realidad solo un tipo de radioterapia que utiliza haces de radiación dirigidos para encoger, cicatrizar y eventualmente obstruir el flujo sanguíneo a la MAV durante un período de tiempo. Esto puede cerrar una pequeña MAV en dos o tres años. Es importante señalar que durante estos pocos años, la MAV todavía está presente y, por lo tanto, todavía tiene riesgo de ruptura. Las tasas de curación varían con la radiocirugía sola y, por lo general, se utiliza la radiocirugía si la cirugía no es factible.

Otra alternativa es simplemente observar la MAV. La observación puede ser favorable si el tratamiento intervencionista es demasiado arriesgado o si una MAV se detecta a una edad más avanzada y no causa síntomas. Para los pacientes mayores, el riesgo acumulado de rotura a lo largo de su vida es menor que el de un paciente más joven. Es fundamental realizar una discusión exhaustiva de los riesgos y beneficios de cada opción de tratamiento para determinar cuál será la mejor opción para usted.

Perspectiva de recuperación de las MAVs

Las perspectivas de recuperación o pronóstico de una MAV pueden variar según si la MAV se encontró antes o después de la ruptura y qué tipos de métodos de tratamiento se utilizaron.

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¿Qué desenlace puedo esperar si tengo una MAV?

Los avances en los tratamientos médicos y quirúrgicos han mejorado significativamente las perspectivas de los pacientes que padecen MAV. Tras la ruptura de la MAV, la mayoría de los individuos sobrevivirán. Sin embargo, la muerte puede ocurrir hasta en un 10% de los pacientes, y entre un 10 y un 20% de los pacientes pueden sufrir discapacidades neurológicas graves que interfieren con el funcionamiento diario. Después de la hemorragia inicial, el riesgo de otra hemorragia aumenta aproximadamente entre un 6 y un 15 % durante el primer año, si la MAV no se trata. Además, una quinta parte de los pacientes puede desarrollar convulsiones recurrentes (epilepsia) más adelante en la vida.

La prevención de la rotura de la MAV y estas posibles complicaciones neurológicas es el objetivo principal del tratamiento. Sin embargo, el tratamiento conlleva sus propios riesgos. En general, todas las opciones de tratamiento tienen tasas bajas de complicaciones (morbilidad) neurológicas, inferiores al 10%, y tasas de muerte (mortalidad) muy bajas, del 1 al 2%. Al comparar los métodos de tratamiento de forma aislada, la cirugía ofrece las mejores posibilidades de curación. Por lo general, se usan otras opciones de tratamiento en combinación con la cirugía para facilitar la extirpación completa o se consideran si la cirugía no es factible o segura.

  • Después de la cirugía, las tasas de morbilidad y mortalidad son del 5% y menos del 1%, respectivamente. La tasa de curación promedio es superior al 95% y menos del 1% de los pacientes experimentan otro sangrado después de la operación.
  • Después de la embolización endovascular, las tasas de morbilidad y mortalidad son del 6% y el 2%, respectivamente. La tasa de curación promedio es del 30% y menos del 10% de los pacientes experimentan otro sangrado después de la operación.
  • Después de la radiocirugía, las tasas de morbilidad y mortalidad son del 7% y el 1%, respectivamente. La tasa de curación promedio es del 75% y el 7% de los pacientes experimentan otro sangrado después de la intervención.

Estas tasas reportadas son más representativas del tratamiento para MAV de bajo grado y no consideran casos en los que se utilizan diferentes métodos de tratamiento en combinación. Es posible que se presenten tasas más altas de morbilidad y mortalidad para las MAV que son grandes, están ubicadas en lo profundo del cerebro o están vecinas a regiones cerebrales críticas. Aunque estas cifras proporcionan una referencia útil para calcular el riesgo, es importante señalar que existen muchos otros factores que se deben tener en cuenta al sopesar los riesgos y beneficios del tratamiento.

¿Qué pasa tras la cirugía cerebral para MAV?

Después de la cirugía, se realizará una angiografía para garantizar que no fluya sangre a través de la MAV. Esto indica que la MAV se ha curado eficazmente y se ha eliminado de la circulación normal. Inmediatamente después de la cirugía, lo llevarán a la unidad de cuidados intensivos (UCI) y probablemente pasará algunos días en el hospital para su seguimiento. Durante este tiempo, también puede someterse a rehabilitación para recuperar fuerza, movilidad, lenguaje y otras funciones según sea necesario.

Durante aproximadamente una semana después de la cirugía, es posible que le duela la incisión del cuero cabelludo. Los posibles efectos secundarios son entumecimiento alrededor de la incisión, hinchazón y hematomas alrededor de los ojos. A medida que la incisión comienza a sanar, puede causar picor. Los dolores de cabeza, las molestias, la hinchazón y el picor se pueden aliviar con analgésicos y bolsas de hielo. Es común sentirse más cansado de lo habitual durante varias semanas mientras el cuerpo se recupera.

Después de 4 a 6 semanas, es posible que se sienta listo para reanudar la mayoría de sus actividades normales. Sin embargo, es probable que le lleve de 2 a 6 meses recuperarse por completo.

¿Cuáles son las probabilidades de sobrevivir a una MAV?

Afortunadamente, la mayoría de los pacientes sobreviven a una MAV, incluso después de su rotura. Se ha informado que la muerte directa relacionada con la rotura de la MAV ocurre hasta en un 10% de los pacientes, aunque estudios más recientes estiman tasas más bajas, del 1 al 2%. Un subconjunto de pacientes (10 – 20%) experimenta déficits neurológicos graves que afectan las actividades cotidianas e incluso pueden desarrollar convulsiones recurrentes (epilepsia) más adelante en la vida. La rotura de la MAV puede poner en peligro la vida y causar consecuencias neurológicas. Por tanto, la prevención de la rotura es el objetivo principal del tratamiento.

Conclusiones

En general, el pronóstico de las MAV es favorable con un tratamiento adecuado. Aunque la rotura de la MAV puede poner en peligro la vida, la mayoría de las personas sobreviven. La cirugía proporciona excelentes tasas de curación, especialmente para las MAV de bajo grado. Todas las opciones de tratamiento tienen bajas tasas de morbilidad y mortalidad y pueden usarse en combinación para controlar con éxito la MAV.

Conclusiones clave

● Las MAV se pueden curar mediante cirugía.

● Puede tomar de 2 a 6 meses recuperarse completamente después de la cirugía para extirpar la MAV.

● Más del 90% de las personas que sufren una hemorragia de MAV sobreviven al incidente.

● En general, el pronóstico de las MAV es bueno con una evaluación adecuada y un tratamiento experto.

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