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Meningioma: lo que el paciente necesita saber

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Descripción general

Un meningioma es un tumor típicamente benigno y de crecimiento lento que se desarrolla a partir de las membranas protectoras (meninges) que rodean el cerebro y la médula espinal. Los síntomas dependen del tamaño y la ubicación del tumor e incluyen dolores de cabeza, convulsiones, cambios en la visión, pérdida de memoria y problemas de equilibrio y audición.

Las opciones de tratamiento incluyen cirugía y/o radiación. La tasa de supervivencia suele ser excelente para los pacientes con un meningioma benigno en una ubicación quirúrgicamente accesible; aproximadamente el 90% de los pacientes sobrevive a los 10 años.

¿Qué es un meningioma?

Un meningioma es un tumor que se desarrolla a partir de las membranas protectoras (meninges) que rodean el cerebro y la médula espinal. Estos tumores empujan y comprimen en lugar de invadir el cerebro. A veces crecen hacia afuera y provocan un engrosamiento del cráneo. Los meningiomas son el tipo más común de tumor cerebral benigno.


                                        
                                            Figura 1. Un meningioma grande que presiona el cerebro.

Figura 1. Un meningioma grande que presiona el cerebro.

Localizaciones y frecuencia de meningiomas

Los meningiomas generalmente están bien definidos y se adaptan al espacio que habitan. La mayoría de los tumores benignos no invaden el tejido cerebral circundante normal y cualquier problema neurológico anormal generalmente es el resultado de una mayor presión y compresión sobre el cerebro o los nervios circundantes.


                                        
                                            Figura 2. Ubicaciones comunes de los meningiomas que se encuentran alrededor del cerebro.

Figura 2. Ubicaciones comunes de los meningiomas que se encuentran alrededor del cerebro.

Los meningiomas rara vez son cancerosos. Los meningiomas atípicos o cancerosos (malignos) poseen una mayor cantidad de células que se dividen activamente y crecen más rápidamente que los meningiomas benignos. Además, son más invasivos que sus homólogos benignos y pueden proyectarse en el tejido cerebral normal. Los meningiomas malignos pueden extenderse a otras partes del sistema nervioso central o incluso al resto del cuerpo, provocando síntomas adicionales y dificultando el tratamiento.

¿Cuáles son los síntomas?

Los síntomas resultantes de un meningioma dependen del tamaño, la ubicación y la tasa de crecimiento del tumor específico. Los pacientes con un meningioma pequeño suelen ser asintomáticos. Si se presentan síntomas, generalmente son el resultado de un aumento general de la presión intracraneal o de que el tumor comprime los nervios o el tejido cerebral cercanos.

Los síntomas de un meningioma pueden incluir:

  • Convulsiones
  • Dolores de cabeza que empeoran progresivamente.
  • Problemas con la memoria
  • Dificultades de equilibrio o audición.
  • Problemas con la vista
  • Entumecimiento o debilidad en un brazo o pierna
  • Confusión
  • Cambios de personalidad
  • Dificultades para tragar
  • Hidrocefalia (acumulación de líquido cerebral) causada por el bloqueo del flujo de líquido cerebral (cefalorraquídeo)

Debido a que los meningiomas suelen ser tumores de crecimiento muy lento, los síntomas pueden ser sutiles y evolucionar lentamente con el tiempo. Por lo tanto, un meningioma puede pasar sin diagnosticarse durante meses o años antes de que el paciente busque atención médica.

¿Cuáles son las causas?

Los meningiomas surgen de las células de la aracnoides, la capa media de las meninges. Aunque las mutaciones genéticas provocan el desarrollo de cáncer, se desconoce la causa subyacente de los meningiomas. La radiación ionizante, las hormonas femeninas y ciertos trastornos hereditarios como la neurofibromatosis tipo 2 pueden aumentar el riesgo de desarrollar un meningioma.

¿Cómo es de común?

Los meningiomas son el tumor cerebral benigno u otro tumor del sistema nervioso central más común y representan aproximadamente el 38% de dichos tumores. Las mujeres se ven afectadas con más frecuencia que los hombres y los adultos son más propensos a desarrollar meningiomas que los niños. El diagnóstico es más común entre pacientes de entre 40 y 70 años, y menos del 2% de los casos reportados ocurren en niños.

¿Cómo se diagnostican?

Su médico tiene muchos métodos disponibles para ayudar en el diagnóstico de un meningioma. Integrará información de la historia clínica, examen físico y/o evaluaciones radiológicas del paciente para eliminar otras posibles explicaciones y establecer el diagnóstico correcto.

El primer paso es generalmente un examen neurológico. El médico evaluará la visión, la audición, la coordinación, las capacidades mentales y los reflejos del paciente. En base a estos resultados, el médico ordenará pruebas adicionales. Algunas de las pruebas más comunes incluyen:

  • Imágenes por resonancia magnética (RM): la RM permite al médico examinar los tejidos blandos con más detalle. Se podría usar un contraste para resaltar específicamente estructuras anormales dentro del cerebro.
  • Tomografía computarizada (TC): se utiliza una tomografía computarizada para diferenciar estructuras según su densidad. Se puede utilizar un tinte de contraste para resaltar el tumor o la vasculatura cerebral.
  • Angiografía: la angiografía a menudo se utiliza antes de la operación si el cirujano cree que los vasos sanguíneos principales alimentan el tumor o están contenidos dentro del tumor.


                                        
                                            Figura 3. Resonancia magnética de un meningioma de gran tamaño.

Figura 3. Resonancia magnética de un meningioma de gran tamaño.

Durante la cirugía de extirpación del tumor, se realiza una biopsia para realizar pruebas e identificación para confirmar el diagnóstico final del meningioma y su tasa de crecimiento. El examen de la muestra por parte de un patólogo puede confirmar el diagnóstico para clasificar el tipo de meningioma.

¿Cuáles son las opciones de tratamiento?

El tratamiento de un meningioma varía de persona a persona y depende del tamaño, la ubicación y la tasa de crecimiento del tumor, así como de la edad y el estado de salud general del paciente. Debido a la naturaleza de crecimiento lento de los meningiomas, muchos médicos prefieren no tratar los tumores pequeños asintomáticos y controlar su crecimiento anualmente mediante resonancia magnética. Otras opciones de tratamiento incluyen cirugía y/o radioterapia.

Cirugía

La cirugía es el método de elección para la mayoría de los meningiomas. Debido a que los meningiomas se originan en las membranas que rodean el cerebro y no dentro del cerebro mismo, tienden a estar más claramente definidos y son más fáciles de extirpar que los tumores infiltrativos como los gliomas. La operación implica una craneotomía, durante la cual el cirujano realiza una incisión en el cuero cabelludo y extrae parte del cráneo para acceder al tumor. Los detalles de la cirugía varían mucho según el tamaño y la ubicación del tumor.


                                        
                                            Figura 4. Craneotomía (izquierda) y extirpación quirúrgica (derecha) de un meningioma.

Figura 4. Craneotomía (izquierda) y extirpación quirúrgica (derecha) de un meningioma.

Los meningiomas en la base del cráneo cerca de los nervios craneales o de vasos sanguíneos importantes son más difíciles de extirpar, tienen una mayor tasa de complicaciones y es posible que solo sean susceptibles a extirpación parcial. Cuando la extirpación total del tumor no es posible quirúrgicamente, se observa periódicamente al paciente con resonancias magnéticas para controlar cuidadosamente el tamaño del tumor residual. Se podría considerar la radioterapia después de la cirugía. La cirugía a lo largo de la base del cráneo requiere un neurocirujano con formación de subespecialidad en cirugía de la base del cráneo.

Para los pacientes con aumento de la presión intracraneal causado por la obstrucción del flujo de líquido cefalorraquídeo (una afección conocida como hidrocefalia), el cirujano también puede instalar un tubo delgado (llamado derivación) para drenar el líquido sobrante hacia la cavidad abdominal, donde puede reabsorberse.

Los posibles riesgos de la cirugía incluyen infección, sangrado y daño neurológico adicional, incluyendo debilidad y entumecimiento.

Radiación

La radioterapia puede presentarse en forma de radiación externa tradicional o radiocirugía estereotáxica más precisa (por ejemplo, Gamma Knife, Novalis, CyberKnife).

La radioterapia de haz externo tradicional administra un solo haz de radiación directamente al tumor. El procedimiento suele realizarse 5 veces por semana durante varias semanas. Existe el riesgo de que la radiación dañe las células normales de las estructuras neurales adyacentes. Sin embargo, los efectos negativos generales son raros.

La radiocirugía estereotáxica puede administrar dosis más altas de radiación con mayor precisión mediante el uso de imágenes por ordenador precisas y múltiples haces para apuntar al tumor. No requiere ninguna incisión y se realiza como un procedimiento ambulatorio de una sola sesión. A diferencia de la radiación de haz externo, las estructuras circundantes no son tan propensas a sufrir daños debido al tratamiento de radiación. Este método podría ser mejor para tumores cerca de estructuras cerebrales importantes.

Dependiendo del tamaño, el grado y la ubicación del tumor, el cirujano u oncólogo podría recomendar radioterapia, incluso en casos en los que se cree que la resección está casi completa. Este tratamiento detiene el crecimiento del tumor residual y previene la recurrencia.

Las posibles complicaciones de la radioterapia incluyen dolores de cabeza, convulsiones, problemas neurológicos (según el área que se esté tratando) y dificultades para pensar o tomar decisiones. En casos raros, la lesión de tejidos sanos causada por la radiación (necrosis por radiación) es otra complicación posible pero tardía de la radioterapia que provoca dolores de cabeza, pérdida de memoria, cambios de personalidad y convulsiones. Esta complicación puede ocurrir meses o años después del tratamiento.

¿Cuál es la perspectiva de recuperación?

Las perspectivas de recuperación de un meningioma dependen del grado (agresividad), el tamaño y la ubicación del tumor, así como de la edad y el estado de salud general del paciente. La tasa de supervivencia suele ser excelente para los pacientes con un meningioma benigno en una ubicación quirúrgicamente accesible; aproximadamente el 90% de los pacientes sobrevive a los 10 años.

Recursos

Glosario

Líquido cefalorraquídeo- líquido transparente que rodea el cerebro y la médula espinal.

Craneotomía- un procedimiento para abrir y extraer temporalmente un trozo de hueso del cráneo para exponer el cerebro.

Hidrocefalia- acumulación de líquido dentro del cerebro.

Meninges- tres capas membranosas (duramadre, aracnoides y piamadre) que cubren el cerebro y la médula espinal.

Tumor cerebral primario- tumores que se originan en el cerebro, a diferencia de los que se han diseminado desde otras partes del cuerpo hasta el cerebro.

Accidente cerebrovascular- una afección que ocurre cuando se interrumpe o reduce el suministro de sangre a una parte del cerebro, lo que impide el suministro de oxígeno y nutrientes a los tejidos cerebrales.

Ventrículos- red de cavidades dentro del cerebro llenas de líquido cefalorraquídeo.

Colaborador: Gina Watanabe BS

References

  1. Ostrom QT, Patil N, Cioffi G, et al. CBTRUS statistical report: primary brain and other central nervous system tumors diagnosed in the United States in 2013–2017. Neuro-Oncology 2020;22(Suppl 1):iv1–iv96. doi.org/10.1093/neuonc/noaa200
  2. Wiemels J, Wrensch M, Claus EB. Epidemiology and etiology of meningioma. J Neurooncol 2010;99:307–314. doi.org/10.1007/s11060-010-0386-3
  3. Barnholtz-Sloan JS, Kruchko C. Meningiomas: causes and risk factors. Neurosurg Focus 2007;23:E2. doi.org/10.3171/FOC-07/10/E2
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