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Lesión de la médula espinal: lo que el paciente necesita saber

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Descripción general

La lesión de la médula espinal es un daño a la médula espinal que provoca cambios funcionales temporales o permanentes, como debilidad y/o entumecimiento en las extremidades. Dependiendo de la gravedad de la lesión, los síntomas pueden incluir pérdida total o parcial de funciones motoras y/o sensoriales por debajo del nivel de la lesión, pérdida de la función intestinal o vesical y dificultad para respirar.

Desafortunadamente, actualmente no existe ningún tratamiento para reparar una médula espinal dañada. La recuperación es un proceso a largo plazo que involucrará un equipo interdisciplinario de profesionales de la salud y rehabilitación para recuperar la movilidad y la fuerza muscular. La mayor parte de la recuperación se producirá dentro de los primeros 6 meses a 1 año después de la lesión.

¿Qué es la lesión de la médula espinal?

La lesión de la médula espinal es un daño a la médula espinal que provoca cambios funcionales temporales o permanentes. La lesión puede ocurrir a través de una fuerza traumática externa, como una fractura de columna o cualquier otro proceso patológico. En la lesión traumática de la médula espinal, el daño se produce debido a fuerzas mecánicas abruptas que pueden comprimir o cortar la médula. En las lesiones de la médula espinal no traumáticas, otras afecciones, como un tumor de la médula espinal, una infección, una esclerosis múltiple o un disco degenerado, pueden dañar la médula.

La médula espinal es una banda larga de tejido neural alojada dentro del canal vertebral óseo. Si pensamos en la médula espinal como una “autopista” de información entre el cerebro y el cuerpo, cualquier interrupción puede causar la pérdida de nuestra capacidad para interpretar correctamente nuestro entorno y movernos de la manera que nosotros/nuestros cerebros queremos.

Lamentablemente, aproximadamente el 50% de las lesiones de la médula espinal son completas, lo que provoca una pérdida total de la sensación y de las funciones motoras por debajo del nivel de la lesión en ambos lados del cuerpo. El otro 50% de las lesiones de la médula espinal son incompletas, lo que provoca una pérdida parcial de la sensación y de las funciones motoras que puede afectar a un lado del cuerpo más que al otro.


                                        
                                            Figura 1. Lesión medular traumática con hematoma en la médula espinal.

Figura 1. Lesión medular traumática con hematoma en la médula espinal.

¿Cuáles son los síntomas?

Los síntomas de una lesión de la médula espinal dependen del nivel de la lesión y de la extensión de la médula espinal afectada. En las lesiones completas de la médula espinal, los pacientes experimentan una pérdida total de la función sensorial y motora al nivel de la lesión y por debajo. Si la lesión es incompleta, es posible que aún queden presentes algunas sensaciones y funciones motoras. Las lesiones graves de la médula espinal en niveles más altos y cercanos al cerebro (por ejemplo, en el cuello) tienden a afectar más partes del cuerpo que las lesiones graves de la médula espinal en niveles inferiores de la columna.

Los síntomas pueden incluir:

  • Dolor o presión extremos en el lugar de la lesión.
  • Debilidad muscular y/o pérdida del movimiento muscular voluntario.
  • Pérdida de sensación en las extremidades o el pecho.
  • Pérdida de las funciones de la vejiga y los intestinos.
  • Respiración alterada

¿Cuáles son las causas?

Las lesiones de la médula espinal suelen ser causadas por accidentes automovilísticos, violencia (por ejemplo, heridas de bala o arma blanca), lesiones relacionadas con deportes y caídas. En casos traumáticos, puede producirse una lesión de la médula espinal debido al desplazamiento de fragmentos óseos, daño a los vasos sanguíneos que puede provocar la pérdida de suficiente suministro de oxígeno y alteración de los tejidos neurales.

Otras causas incluyen infecciones, tumores o procesos degenerativos que pueden comprimir gradualmente la médula espinal. Las afecciones inflamatorias como la esclerosis múltiple, las toxinas y los coágulos en los vasos sanguíneos que suministran oxígeno y nutrientes a la médula espinal también pueden causar lesiones.

¿Cómo es de común?

Se estima que la lesión de la médula espinal ocurre entre 30 y 80 personas por millón por año en los Estados Unidos. A nivel mundial, entre 250.000 y 500.000 personas sufren cada año una lesión de la médula espinal. Se observa con mayor frecuencia en hombres y adultos jóvenes de 30 a 40 años. La mayoría de las lesiones ocurren a nivel del cuello (cervical).

¿Cómo se diagnostica?

Se realizará una historia clínica exhaustiva, un examen del estado mental y un examen neurológico para localizar la lesión y determinar la gravedad. La gravedad de la lesión a menudo se transmite a través de la escala de deterioro de cinco niveles de la Asociación Estadounidense de Lesiones de la Columna (ASIA), como se describe a continuación:

  • Grado A: Completo; No se conserva ninguna función sensorial o motora en los segmentos sacros S4 – S5 (cerca del coxis)
  • Grado B: Incompleto; Función sensorial pero no motora preservada por debajo del nivel neurológico y que se extiende a través del segmento sacro S4 – S5
  • Grado C: Incompleto; Función motora preservada por debajo del nivel neurológico; La mayoría de los músculos clave tienen un grado <3 (no pueden levantar los músculos contra la gravedad)
  • Grado D: Incompleto; Función motora preservada por debajo del nivel neurológico; La mayoría de los músculos clave tienen un grado > 3 (pueden elevar los músculos contra la gravedad)
  • Grado E: función motora y sensorial normal.

La lesión de la médula espinal se diagnostica mediante radiografías, tomografía computarizada (TC) y resonancia magnética (RM). La tomografía computarizada es más rápida de obtener y proporciona mejores imágenes de las estructuras óseas que la resonancia magnética. Sin embargo, la resonancia magnética produce mejores detalles de las estructuras de los tejidos blandos de la médula espinal. La tomografía computarizada o las radiografías se pueden obtener rápidamente durante un entorno agudo, y la resonancia magnética se puede realizar después de que el paciente se haya estabilizado.

¿Cuáles son las opciones de tratamiento?

Una lesión aguda de la médula espinal requiere atención médica de emergencia. Se inmovilizarán la cabeza y el cuello para evitar movimientos que puedan causar más daños a la médula. Desafortunadamente, actualmente no existe ningún tratamiento para reparar una médula espinal magullada o dañada. Los pacientes pueden ser transferidos a la unidad de cuidados intensivos (UCI) neurocríticos para su seguimiento y estabilización antes de analizar más opciones de apoyo y rehabilitación.

En la UCI, se pueden utilizar máquinas y otros equipos para asumir funciones como orinar, comer y respirar, hasta que el paciente pueda realizar estas funciones de forma independiente. Esto puede resultar abrumador y aterrador, especialmente después de un accidente grave. Algunos equipos de uso común incluyen:

  • Ventilador mecánico para bombear oxígeno al cuerpo y realizar funciones respiratorias. Esto requerirá la colocación de un tubo endotraqueal a través de la nariz o la boca del paciente que se guiará hacia abajo hasta la tráquea.
  • Sonda de alimentación para proporcionar nutrición y calorías si el paciente no puede alimentarse por sí mismo. Las sondas nasogástricas se insertan en la nariz y bajan por la garganta. La tapa en la parte superior del tubo se puede abrir para administrar alimentos y líquidos.
  • Catéter vesical para drenar la orina a una bolsa recolectora.

Se puede realizar una cirugía para extraer de manera urgente fragmentos de hueso o disco y objetos extraños, o para fusionar los huesos de la columna y estabilizar la alineación adecuada de la columna ósea.

Se están realizando activamente investigaciones para descubrir nuevas opciones de tratamiento para regenerar las células nerviosas, reemplazar las células nerviosas dañadas, estimular el nuevo crecimiento de las células nerviosas y reentrenar los circuitos neuronales. La fisioterapia será fundamental para recuperar gradualmente la fuerza muscular, la movilidad, la comunicación, el control de los intestinos y la vejiga y otras funciones. La rehabilitación también ayudará a prevenir complicaciones de la lesión de la médula espinal, como heridas en la piel, contracciones musculares prolongadas (espasticidad) y deformidades esqueléticas o posturales.

¿Cuál es la perspectiva de recuperación?

La recuperación de una lesión de la médula espinal es un proceso a largo plazo que requerirá rehabilitación y un equipo interdisciplinario de médicos, enfermeras, especialistas y terapeutas para una recuperación máxima. La mayor parte de la recuperación ocurre entre 6 meses y un año después de la lesión, pero aún puede ocurrir varios años después.

Recursos

Glosario

Arteria- vaso sanguíneo que transporta sangre rica en oxígeno desde el corazón a los tejidos.

Catéter- tubo delgado, hueco y flexible

Neurona- célula fundamental del sistema nervioso que recibe y transmite señales eléctricas y químicas.

Paraplejia- pérdida de la función motora y/o sensorial en las partes inferiores del cuerpo.

Espasticidad- condición de aumento del tono muscular y espasmos musculares involuntarios.

Tetraplejía- también conocida como cuadriplejía, es la pérdida de la función motora en las partes superior e inferior del cuerpo.

Colaboradora: Gina Watanabe BS

References

  1. McDonald JW, Sadowsky C. Spinal-cord injury. The Lancet. 2002;359(9304):417-425. doi:10.1016/S0140-6736(02)07603-1
  2. Sekhon LHS, Fehlings MG. Epidemiology, Demographics, and Pathophysiology of Acute Spinal Cord Injury. Spine. 2001;26(24S):S2.
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