Nav Más

Tratamientos comunes para los tumores hipofisarios

¿Por qué deberías operarte con el Dr. Cohen?

Dr. Cohen

  • Más de 7000 cirugías especializadas realizadas por el neurocirujano elegido
  • Prioriza el interés del paciente
  • Tratamiento más personalizado
  • Gran experiencia=tasa de éxito más alta y tiempos de recuperación más rápidos

Centros de salud principales

  • No tiene control sobre la elección del cirujano que le trata
  • Tratamiento de talla única (una misma talla o medida para todos)
  • Menos especialización

Para más motivos, por favor haga click aquí.

La glándula pituitaria es una pequeña glándula ubicada en la base del cerebro (detrás de la parte superior de la nariz). La pituitaria es conocida como la "glándula maestra", ya que regula la secreción de la mayoría de las hormonas del cuerpo. Los tumores pituitarios a menudo no son cancerosos y crecen lentamente y, afortunadamente, la mayoría de estos tumores son tratables.

La intervención temprana es ideal, especialmente si estos tumores causan síntomas molestos. Los tumores pituitarios se pueden tratar mediante extirpación quirúrgica, radioterapia y/o terapia con medicamentos para reducir o erradicar el tumor.

Cirugía para los tumores hipofisarios

En la mayoría de los tumores hipofisarios, la cirugía sigue siendo la primera línea de tratamiento. La cirugía está indicada para aliviar el efecto de masa o la compresión de los nervios oculares y restaurar la función pituitaria o la secreción hormonal, reducir el tamaño del tumor y recolectar muestras del tumor para análisis de tejido.

Los tumores pituitarios se tratan quirúrgicamente mediante cualquiera de dos enfoques principales. El método transnasal transesfenoidal llega al tumor a través de la nariz y es popular porque es mínimamente invasivo y eficiente. El abordaje transcraneal requiere abrir el cráneo para llegar al tumor a través de una craneotomía y rara vez se utiliza. El abordaje transcraneal es beneficioso cuando el tumor es grande, está más allá de los límites regulares del tumor pituitario habitual y no puede exponerse lo suficiente mediante un procedimiento mínimamente invasivo.

Curiosamente, combinar ambas estrategias también es una opción viable en casos excepcionales. El caso de cada paciente es único. Su cirujano debe personalizar su atención para lograr los mejores resultados posibles.

Abordaje transnasal transesfenoidal

El abordaje transnasal transesfenoidal implica insertar instrumentos quirúrgicos en la fosa nasal y moverlos a lo largo del tabique nasal. Hay dos métodos principales. El primero utiliza un microscopio quirúrgico, mientras que el segundo utiliza una cámara endoscópica.

Cuando utilizan un microscopio estándar, los cirujanos pueden visualizar directamente el área quirúrgica y extirpar el tumor. La habilidad bimanual es fundamental en esta circunstancia para salvaguardar las estructuras esenciales que rodean el tumor (es decir, vasos sanguíneos y tejido nervioso). Cuando se utiliza el abordaje endoscópico, se coloca una pequeña cámara a través de la nariz, lo que produce una menor alteración del tejido normal.


                                        
                                            Figura 1. Abordaje transnasal transesfenoidal

Figura 1. Abordaje transnasal transesfenoidal

Abordaje transcraneal

En este enfoque, se coloca al paciente en la mesa de operaciones y se limpia y prepara la ruta de acceso deseada. Los puntos de entrada más comunes están en la frente o en el lateral de la cabeza. Las incisiones suelen seguir los pliegues naturales de la piel y se ubican detrás de las líneas del cabello para una mejor estética.

Al crear la abertura en el cráneo, se debe hacer una incisión en la duramadre protectora antes de llegar al cerebro. Una vez que el cerebro ha quedado expuesto, se mueve suavemente para establecer una vía de acceso a la glándula pituitaria. El tumor se localiza y se extrae con cuidado lejos de las estructuras cercanas. El cirujano extirpará la mayor cantidad de tumor de la manera más segura posible y se asegurará de que no quede sangre antes de cerrar la abertura ósea y la incisión.


                                        
                                            Figura 2. Incisión en el cuero cabelludo en preparación para la craneotomía en el abordaje transcraneal.

Figura 2. Incisión en el cuero cabelludo en preparación para la craneotomía en el abordaje transcraneal.

Radioterapia para los tumores hipofisarios

Un tumor pituitario se puede tratar con una variedad de opciones de radioterapia. Las radioterapias para el tumor pituitario incluyen la radioterapia de intensidad modulada (IMRT), la radiocirugía estereotáctica (SRS) y la radioterapia con haz de protones. Los tres enfoques implican apuntar con precisión el haz de energía para centrarse solo en el tumor y al mismo tiempo limitar el daño al tejido sano circundante. Con mayor frecuencia, la radiación se usa cuando el tumor restante después de la cirugía ha mostrado evidencia de crecimiento en las imágenes.

En IMRT, los haces de radiación se dirigen y se adaptan a los contornos del tumor mediante tecnología 3D. SRS implica enfocar cientos de haces de radiación desde diferentes ángulos en un solo centro enfocado en el tumor. Cada haz individual de SRS es débil, pero cuando se combinan, envían una cantidad sustancial de energía al sitio del tumor.

Mientras que la SRS y la IMRT utilizan energía de rayos X para matar las células tumorales, la radiación con haz de protones utiliza protones, que son menos dañinos para el tejido sano.

La respuesta del tumor a la radioterapia es variable y difícil de predecir. Valorando según la reducción del tumor o la detención del crecimiento, los beneficios pueden tardar meses o años en manifestarse. Como resultado, deberá realizarse controles todos los años para asegurarse de que el tratamiento esté funcionando. Esto frecuentemente implica imágenes cerebrales y análisis de sangre para medir los niveles hormonales.

Manejo médico de los tumores hipofisarios

En ciertos casos, los tumores pituitarios se pueden tratar con medicamentos. En los tumores hipofisarios que secretan la hormona prolactina (prolactinomas), comúnmente se usa medicación sola antes de otros tipos de tratamientos.

La cabergolina y la bromocriptina son los medicamentos más comunes que se usan para tratar este tipo de tumores hipofisarios. Trabajan para reducir el tamaño de un tumor pituitario y disminuir la secreción excesiva de hormonas. Debido a su perfil favorable de efectos secundarios y sus efectos duraderos, normalmente se prueba primero con cabergolina. Deberá tomar cabergolina dos veces por semana durante al menos seis meses para el tratamiento del prolactinoma.

Observación de tumores pituitarios

Si un tumor hipofisario se descubre de manera incidental (lo que significa que la resonancia magnética se realizó por razones distintas a los síntomas relacionados con un tumor pituitario), a menudo es razonable monitorizar el tumor mediante imágenes periódicas (generalmente cada año). Es posible que no sea necesaria una intervención quirúrgica. Su médico programará citas de seguimiento periódicas para ver si el tumor permanece igual o progresa hasta el punto en que se requiere tratamiento. Es posible que pueda permanecer en la etapa de seguimiento durante mucho tiempo sin necesidad de hacer planes de tratamiento inmediatos, ya que los tumores pituitarios crecen muy lentamente.

Probablemente tendrá una cita de seguimiento una vez al año para controlar su tumor pituitario. Esto implicará una resonancia magnética para controlar el tamaño, la forma y otros atributos físicos del tumor, así como análisis de sangre para seguir posibles cambios en los niveles hormonales que podrían contribuir al desarrollo de nuevos síntomas. Es posible que ligeras variaciones entre las pruebas no requieran el inicio de medicación, radiación o cirugía.

Conclusión

Los tumores pituitarios se pueden tratar y controlar de diversas formas, incluida la observación, la cirugía, los medicamentos y/o la radioterapia. Su médico discutirá con usted las opciones de tratamiento. Tómese su tiempo para considerar sus opciones y evaluar las ventajas de cada una frente a sus riesgos potenciales y efectos adversos.

Conclusiones clave

  • Los tumores pituitarios suelen ser tratables.
  • Algunos tumores hipofisarios no requieren intervención y pueden observarse mediante imágenes periódicas.
  • La cirugía sigue siendo la primera línea de tratamiento para la mayoría de los tumores hipofisarios.
  • Algunos tumores hipofisarios (prolactinomas) se pueden tratar solo con medicamentos.
  • Los tumores pituitarios se pueden reducir mediante radioterapia.

Recursos

Arriba