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Descripción general del tratamiento del meningioma

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Después de recibir un diagnóstico de meningioma, muchas personas comienzan a pensar en las opciones de tratamiento que existen. En esta serie de artículos, analizaremos las diversas opciones terapéuticas disponibles para un meningioma, incluida la cirugía, la radioterapia, la quimioterapia y la observación. A continuación, resumimos los puntos principales de esta serie y le animamos a explorar los enlaces que contiene para obtener más información.

Tratamiento quirúrgico de los meningiomas

La cirugía suele ser el tratamiento más eficiente y eficaz para los meningiomas. Sin embargo, es posible que la cirugía no sea el mejor curso de acción en determinados casos. Si el tumor se encontró de manera incidental y no causa síntomas o si se determina que la cirugía es demasiado arriesgada, otras opciones de tratamiento pueden ser más apropiadas.

Si se le considera un buen candidato para la cirugía, su cirujano creará un plan quirúrgico. Esto a menudo implica diagnóstico por imágenes, como una resonancia magnética o una tomografía computarizada, para localizar la posición exacta del tumor dentro del cráneo. En algunos casos raros, se puede realizar una angiografía para estudiar los vasos sanguíneos que van al tumor. Una angiografía es una técnica de imágenes que se puede utilizar para mapear los diferentes vasos sanguíneos que suministran oxígeno y nutrientes al meningioma.

El procedimiento de angiografía implica insertar un pequeño tubo hueco (microcatéter) en el brazo o la pierna que luego se pasa hasta los vasos del cuello. Se inyecta un contraste visible por la máquina de rayos X para ayudar a visualizar el recorrido de los vasos sanguíneos dentro del cerebro. Una angiografía puede ayudar a su cirujano a saber si se puede detener (embolizar) el suministro de sangre al tumor. Durante la embolización, el cirujano inyecta una sustancia que bloquea el flujo sanguíneo al tumor. Al bloquear el flujo sanguíneo, el tumor tendrá más dificultades para crecer. Además, un menor flujo de sangre al tumor a menudo facilita la extirpación quirúrgica con menores riesgos de pérdida de sangre.

Existen varias técnicas quirúrgicas diferentes que se pueden utilizar para el tratamiento de un meningioma. Esto incluye craneotomía, cirugía neuroendoscópica y cirugía endonasal endoscópica. Dado que algunos meningiomas se producen alrededor de la médula espinal, es posible que se requiera cirugía de columna. La decisión de utilizar una técnica u otra se basa en la ubicación del tumor y la experiencia del cirujano.

Se puede usar una craneotomía para acceder a un tumor en la superficie del cerebro, se pueden usar técnicas neuroendoscópicas si el tumor está en el interior del cerebro y se puede usar cirugía endoscópica endonasal si el tumor está ubicado en la base del cerebro.

Después de la cirugía, puede esperar permanecer en el hospital durante varios días mientras el equipo de atención se asegura de que se recupere de forma segura. Su estancia en el hospital puede ser más prolongada dependiendo de la presencia de otras afecciones médicas o de la complejidad de su cirugía. Después de la cirugía, muchos pacientes completarán una terapia de rehabilitación que se adapta a las necesidades de cada paciente y ayudará a su cuerpo a sanar, recuperar fuerzas y mejorar la movilidad.

El objetivo de la cirugía es extirpar completamente el meningioma, ya que esto reduce el riesgo de recurrencia. Sin embargo, en ciertos casos, se puede dejar algo de tumor para minimizar el riesgo de la cirugía. Esto ocurre si su cirujano determina que extirpar todo el tumor no sería seguro para el tejido cerebral sano o para las estructuras circundantes importantes que están adheridas a algunos fragmentos del tumor. Si queda tumor después de la cirugía, los pacientes a menudo se someten a imágenes de vigilancia anualmente y se usa radioterapia si el tumor residual crece.

Radioterapia para los meningiomas

La radioterapia se puede usar para tratar tumores que no se pueden extirpar quirúrgicamente, pero se usa con mayor frecuencia para tratar tumores residuales después de la cirugía que se haya demostrado que están creciendo en imágenes de vigilancia. Esto puede ocurrir si la extirpación quirúrgica completa se consideró insegura o si el paciente no puede tolerar la cirugía. La radioterapia funciona dirigiendo haces de energía de alta intensidad a las células tumorales. Estos rayos dañan las células y, en última instancia, provocan su destrucción.

La radioterapia suele administrarse durante varias sesiones a lo largo de unas pocas semanas. La primera sesión suele ser una sesión de planificación. Durante esta sesión, su equipo de atención determinará la dosis de radioterapia adecuada y hacia dónde dirigir los haces de radioterapia para tratar el tumor de manera más eficaz. Durante el tratamiento, se le colocará un dispositivo (máscara) para mantener la cabeza quieta mientras se administra la radiación.

Es importante permanecer totalmente quieto durante la radioterapia para garantizar que los rayos de radiación se dirijan con precisión a las células tumorales. Cada sesión puede durar aproximadamente 30 minutos, pero la mayor parte del tiempo se dedica a colocarlo en la máquina para garantizar una orientación precisa. La aplicación de radiación en sí es rápida e indolora.

Los pacientes a menudo tienen preguntas sobre cuáles son sus posibilidades de supervivencia después del diagnóstico y si su meningioma reaparecerá después del tratamiento. Ambas preguntas dependen de una multitud de factores individuales, incluida la agresividad del tumor y si su tratamiento eliminó completamente el meningioma. Afortunadamente, una gran mayoría de meningiomas son tumores benignos, de crecimiento lento y con un pronóstico excelente. Esto es especialmente cierto si todo el tumor se puede extirpar quirúrgicamente.

Si bien la tasa de recurrencia es baja en la mayoría de los casos, se realiza una vigilancia periódica con diagnóstico por imágenes para garantizar que el meningioma no reaparezca. En algunos casos, los meningiomas pueden ser más agresivos, lo que significa que crecen más rápido, pueden invadir el tejido vecino y pueden reaparecer incluso con un tratamiento exitoso. Estos meningiomas se consideran malignos y tienen peor pronóstico. Los médicos y patólogos pueden determinar si un meningioma es benigno o maligno observando una muestra de tejido al microscopio. Los resultados y sus implicaciones se discutirán con usted una vez que estén disponibles.

Quimioterapia y tratamiento médico del meningioma

La quimioterapia para el meningioma rara vez se utiliza debido a la eficacia limitada de las opciones de quimioterapia actuales. Sin embargo, se puede intentar la quimioterapia o el tratamiento médico si otros tratamientos, como la cirugía y la radioterapia, no han logrado producir un beneficio, o si el paciente no es un buen candidato para estas opciones.

Uno de los principales agentes quimioterapéuticos que se ha investigado es la hidroxiurea. Aunque inicialmente era prometedora, se demostró que la hidroxiurea era ineficaz para el tratamiento del meningioma. Se encontraron resultados similares con otros agentes quimioterapéuticos como temozolomida, doxorrubicina, ciclofosfamida y vincristina.

También se ha investigado la terapia hormonal para tratar médicamente los meningiomas. Las investigaciones han demostrado que el crecimiento de los meningiomas se ve afectado por hormonas como el estrógeno, la progesterona, la somatostatina y los andrógenos. Estas hormonas se unen a los receptores de los meningiomas y estimulan el crecimiento del tumor. Como resultado de este descubrimiento, se estudiaron fármacos que bloquean los receptores del meningioma para estas hormonas con la esperanza de encontrar una manera de detener el crecimiento del tumor. Desafortunadamente, ninguno de estos estudios ha identificado ningún impacto significativo sobre la progresión del tumor con el bloqueo hormonal.

La inmunoterapia es una técnica de tratamiento en la que se utilizan medicamentos para ayudar al sistema inmunológico a atacar mejor las células tumorales. La inmunoterapia ha demostrado ser eficaz en el tratamiento de muchos tipos diferentes de cáncer. Estos resultados exitosos en otros dominios inspiraron esfuerzos de investigación sobre inmunoterapia para el meningioma. Lamentablemente, los estudios han demostrado que la inmunoterapia tiene un efecto insignificante sobre los meningiomas.

Por último, el uso de medicamentos para interrumpir las redes de comunicación celular ha demostrado ser eficaz en el tratamiento de varios tipos de cáncer. Sin embargo, también se demostró que la terapia molecular es ineficaz en el tratamiento del meningioma. Actualmente, la cirugía y la radioterapia son más efectivas que el tratamiento médico, pero aún se están realizando investigaciones para descubrir nuevos objetivos moleculares del meningioma.

Observación para el meningioma

En algunos casos, puede preferirse simplemente monitorizar el meningioma con resonancias magnéticas periódicas a lo largo del tiempo en lugar de hacer un tratamiento. La observación puede ser una opción favorable para personas mayores o con mala salud, cuando el meningioma está situado cerca de una zona peligrosa para operar, o cuando el meningioma es pequeño y no causa síntomas.

Si bien la observación en lugar del tratamiento puede parecer contradictoria, la observación es una opción razonable en casos seleccionados porque la mayoría de los meningiomas crecen lentamente y es poco probable que invadan otros tejidos. Si usted y su equipo de atención deciden adoptar el enfoque de observación, lo controlarán periódicamente (cada 6 a 12 meses) con imágenes seriadas para asegurarse de que el tumor no esté creciendo o que, de hecho, esté creciendo demasiado lentamente como para causar problemas. A menudo, este período de observación puede durar años sin que el tumor avance o sea mínimo.

El principal beneficio de la observación es que puede evitar cualquier riesgo asociado con la cirugía cerebral invasiva o la radioterapia. Alternativamente, los riesgos de la observación como estrategia de tratamiento incluyen el impacto emocional que conlleva tener un tumor cerebral. Puede ser aterrador pasar potencialmente años de “espera vigilante” sabiendo que se tiene un tumor cerebral. Además, aunque la gran mayoría de los meningiomas son benignos, existe una pequeña posibilidad de que el tumor progrese con el tiempo hasta hacerse más grande. Es posible que esta progresión no se note hasta que el tratamiento sea menos efectivo o se note un cambio en el patrón de crecimiento en las imágenes.

La decisión de observar un meningioma en lugar de buscar un tratamiento activo es compleja y depende de muchos factores individuales. Es importante discutir su propio caso con su equipo de atención para determinar si la observación es la opción adecuada para usted. En última instancia, debes recordar que la mayoría de los meningiomas son benignos y la observación es una estrategia muy razonable en muchos casos asintomáticos.

Conclusión

Decidir qué opción de tratamiento es mejor requiere una conversación profunda con su neurocirujano y su equipo de atención. Esta decisión se basa en muchos factores individuales que son específicos de cada paciente. Le recomendamos que utilice la información presentada aquí y en los artículos vinculados para ayudarle a hacer preguntas y guiar su discusión con su equipo de atención.

Conclusiones clave

  • La cirugía suele ser la opción de tratamiento de primera línea para el meningioma. Existen varias técnicas diferentes que se pueden utilizar según la ubicación del tumor.
  • Es posible que se requiera radioterapia en los casos en que quede algo de tejido tumoral después de la cirugía.
  • La quimioterapia u otros tratamientos médicos para el meningioma han demostrado ser relativamente ineficaces. Esta estrategia de tratamiento aún se puede utilizar si otras opciones de tratamiento no son posibles.
  • En algunos casos, la observación puede ser la mejor estrategia de tratamiento para el meningioma. Dado que los meningiomas suelen ser benignos y de crecimiento lento, una actitud de espera vigilante puede ser apropiada en los casos en que el tumor es asintomático.

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