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Medicamentos para la malformación arteriovenosa

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El tratamiento de las malformaciones arteriovenosas (MAV) cerebrales es complejo. El tratamiento definitivo de una MAV generalmente se proporciona mediante cirugía, a veces en combinación con embolización endovascular o radiocirugía (radiación). Se pueden recetar medicamentos para controlar síntomas como dolores de cabeza y convulsiones, pero actualmente no existen medicamentos aprobados para el tratamiento definitivo directo de una MAV.

¿Pueden tratarse las MAV sin cirugía?

La cirugía ofrece la mejor posibilidad de curar una MAV; sin embargo, no es la única opción de tratamiento disponible. Aunque la embolización endovascular y la radiocirugía generalmente se usan en combinación con la cirugía, se pueden usar solas si la cirugía se considera demasiado arriesgada. Sin embargo, sin cirugía, las tasas de curación son menos probables.

Otra opción es no recibir tratamiento y someterse a observación periódica. Esto puede ser favorable en los casos en los que se encuentra incidentalmente una MAV y tiene un riesgo acumulativo bajo de ruptura. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la MAV no desaparecerá por sí sola.

Se pueden administrar medicamentos para tratar síntomas como dolores de cabeza y convulsiones, pero no existen medicamentos específicos que puedan tratar directamente la MAV. La investigación sobre medicamentos para el tratamiento de las MAV aún está en curso, aunque es probable que la cirugía siga siendo la modalidad de tratamiento preferida si se considera segura y factible. Si la cirugía no es posible pero los pacientes experimentan síntomas graves, como convulsiones y déficits neurológicos que se cree que son causados por la MAV, la embolización endovascular paliativa o la radiocirugía son otras opciones de tratamiento que se pueden discutir.

La idea de la cirugía puede ser aterradora, pero puede ser una parte esencial de su viaje hacia la cura. Aunque ciertos síntomas pueden aliviarse temporalmente con medicamentos analgésicos o anticonvulsivos, los síntomas persistentes deben consultarse con su médico. La decisión inicial de realizar observación en lugar de cirugía u otras opciones de tratamiento siempre puede cambiar. Comunicar sus objetivos de tratamiento es fundamental para garantizar que el plan de tratamiento se alinee con sus preferencias y valores.

¿Cuál es el tratamiento si se rompe una MAV?

Una vez que una MAV se rompe, el riesgo de ruptura futura aumenta casi cuatro veces y alcanza su punto máximo en el primer año. Como resultado, la decisión de seguir tratamiento médico y observación versus tratamiento obliterador puede cambiar. Después de la rotura, el tratamiento y el momento del tratamiento dependen de las características del paciente (edad, salud general, presencia de otras afecciones médicas, estado neurológico) y de la MAV (tamaño, ubicación, vasos sanguíneos involucrados).

Si una MAV se rompe pero el paciente está neurológicamente estable, la cirugía es una opción que se puede realizar de forma electiva, cuando sea posible. Si la rotura de una MAV causa una afección potencialmente mortal, se realiza una cirugía de emergencia para evacuar la sangre y extirpar la MAV si es seguro y factible.

Hay muchos “y si” que se consideran durante el manejo de una MAV. Dado que todos los tratamientos conllevan sus propios riesgos, los médicos deben sopesar estos riesgos con los del curso natural de una MAV. De particular preocupación es el riesgo de que una MAV se rompa o sangre en el cerebro, ya que esto puede causar una afección potencialmente mortal y consecuencias neurológicas a largo plazo en un subconjunto de pacientes.

Los planes de tratamiento pueden cambiar a medida que surgen nuevas circunstancias. El manejo óptimo de una MAV requiere una toma de decisiones compartida con su equipo de tratamiento. No debe dudar en hacer preguntas sobre cualquier aspecto de su cuidado.

Conclusiones clave

  • Las MAV se pueden tratar con observación y tratamiento médico si se determina que el riesgo de la terapia definitiva representa más peligro para el paciente que el riesgo de rotura de la MAV.
  • Todas las MAV son únicas y algunas tienen características morfológicas que aumentan o disminuyen el riesgo de rotura. La consideración de estos factores puede guiar las decisiones de tratamiento.
  • Las MAV rotas tienen un mayor riesgo de sufrir una rotura posterior que aquellas que nunca se han roto. Esto puede cambiar la toma de decisiones sobre el tratamiento.

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