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Descripción general de supervivencia y glioma

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Introducción

Recibir un diagnóstico de glioma es un gran desafío y las personas a menudo tienen preguntas sobre cuáles son las posibilidades de recuperación. Aquí discutiremos qué puede influir en las perspectivas de recuperación, el potencial de supervivencia a largo plazo con un mal pronóstico y cómo lidiar con la muerte y morir por enfermedad en etapa terminal.

Perspectiva de recuperación

Las perspectivas de recuperación tras un diagnóstico de glioma son difíciles de predecir y dependen de muchos factores diferentes. Una de las consideraciones más importantes para determinar el pronóstico es si el tumor es agresivo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) clasifica los gliomas en 4 grados, siendo los de mayor grado más agresivos y con peor pronóstico. Los gliomas de grado I y II se consideran de bajo grado y, a menudo, tienen un pronóstico razonable.

Hasta el 95 % de las personas diagnosticadas con gliomas de grado I pueden sobrevivir más de cinco años. Los gliomas de grado II también tienen un buen pronóstico, pero pueden ser más impredecibles y tienen el potencial de transformarse en gliomas de grado III y IV, más agresivos.

Los gliomas de alto grado, grados III y IV, son muy invasivos y malignos. Tienen un tiempo de supervivencia pobre que puede medirse en meses en lugar de años. Los gliomas de grado III son más agresivos que las variantes de bajo grado y tienen un mayor riesgo de recurrencia. Los gliomas de grado IV crecen rápidamente e invaden el tejido cerebral sano. Son los más agresivos y malignos de todos los gliomas. Sólo el 7% de los pacientes con glioblastoma, un astrocitoma de grado IV, sobreviven cinco años después del diagnóstico.

Otros factores que pueden afectar la recuperación incluyen la edad en el momento del diagnóstico. Los adultos jóvenes de entre 15 y 39 años suelen tener el mejor pronóstico en comparación con los niños menores de 15 años o los mayores de 40 años. Si bien todos estos factores, incluido el grado del tumor, el tratamiento y la edad, pueden usarse para predecir los resultados, el caso de cada paciente es único y se pueden hacer predicciones más precisas consultando con su equipo de atención o el de su ser querido.

Después del diagnóstico, la atención se centra en la toma de decisiones de tratamiento. El tratamiento puede consistir en una combinación de cirugía, radiación y quimioterapia. Los tumores más agresivos y de mayor grado pueden requerir un tratamiento más agresivo. Al tomar decisiones de tratamiento, es importante considerar varios factores, el más importante de los cuales es establecer los objetivos de atención del paciente. Si bien el tratamiento agresivo puede prolongar la cantidad de tiempo que las personas pasan con sus seres queridos, no está exento de efectos secundarios y puede empeorar los síntomas existentes.

La cirugía es invasiva y puede conllevar una recuperación difícil. La radioterapia puede provocar deterioro cognitivo, incluidos problemas de memoria y reducciones en la velocidad de procesamiento, ya que la radiación puede dañar el tejido sano además del tumor. La quimioterapia también conlleva un riesgo de deterioro cognitivo y también puede provocar efectos secundarios en todo el cuerpo, según el tipo de medicamento utilizado.

Estos efectos secundarios pueden ser preocupantes y es importante equilibrarlos con los beneficios de un mayor tratamiento. En última instancia, esta decisión es difícil y es mejor tomarla mientras el paciente esté bien informado y comprenda claramente sus objetivos de atención. Estos objetivos pueden cambiar en cualquier momento y los planes de tratamiento deben ajustarse en consecuencia.

Supervivencia a largo plazo

La supervivencia a largo plazo después del diagnóstico de un glioma de grado IV, a menudo denominado glioblastoma, es poco común, con una esperanza de vida promedio de 14 a 16 meses. Sin embargo, hay casos muy raros en los que es posible una supervivencia más prolongada. El factor más importante para lograr la supervivencia a largo plazo está relacionado con la composición genética del tumor.

Algunos glioblastomas tienen factores genéticos únicos que los hacen más vulnerables a las terapias desarrolladas actualmente. Esto incluye mutaciones genéticas en los genes de la enzima O6-metilguanina-ADN metiltransferasa (MGMT), que repara el ADN dañado, y de la isocitrato deshidrogenasa (IDH), que es una enzima involucrada en el metabolismo.

MGMT es una enzima que se encarga de reparar el ADN que se daña. MGMT repara mutaciones genéticas causadas por daños en el ADN, permitiendo que las células eviten la muerte y sigan funcionando adecuadamente. Sin embargo, en las células tumorales, un nivel alto de MGMT puede afectar la eficacia de la quimioterapia.

La quimioterapia funciona dañando el ADN de las células tumorales, lo que provoca la muerte de las células tumorales. Los altos niveles de enzima MGMT en las células tumorales permiten que las células reparen el daño causado por la quimioterapia. Como resultado, las células tumorales con niveles altos de enzima MGMT son más resistentes a la quimioterapia, mientras que aquellas con niveles bajos de enzima MGMT son más sensibles a la quimioterapia. Así, los pacientes que tienen tumores con niveles bajos de MGMT tienen mejor pronóstico, con una mediana de supervivencia de 22 meses.

De manera similar, la IDH es una enzima importante para el uso de energía y el metabolismo de las células. Los tumores con niveles elevados de IDH pueden utilizar la energía de manera más eficiente y, por tanto, pueden ser más agresivos. En algunos tumores, pueden estar presentes niveles bajos de la enzima IDH y las células tumorales no pueden utilizar la energía con tanta eficiencia. Debido a esto, los tumores con niveles bajos de IDH son menos agresivos, lo que puede mejorar el pronóstico. Con una mutación IDH favorable, la mediana de supervivencia es de 31 meses.

Actualmente, la supervivencia a largo plazo del glioblastoma es poco común, pero los investigadores están trabajando para desarrollar nuevas terapias experimentales para mejorar los resultados. Estos incluyen la creación de medicamentos dirigidos que sean específicos de las características individuales de los tumores y aprovechen las debilidades de los tumores como las descritas anteriormente.

Muerte y glioblastoma en estadio terminal

La muerte y el glioblastoma en etapa terminal son un tema extremadamente difícil de aceptar para los pacientes y sus seres queridos. Los pacientes y sus cuidadores a menudo tienen preguntas sobre qué esperar y cómo afrontar este momento difícil.

El glioblastoma en etapa terminal a menudo se presenta con un empeoramiento y evolución gradual de los síntomas. Esto puede incluir debilidad progresiva que provoca una disminución de la actividad y una incapacidad para cuidar de uno mismo. Los pacientes también pueden experimentar una disminución en su nivel de conciencia y en su capacidad para hablar o responder a su entorno.

En las últimas etapas de la enfermedad, los pacientes pueden incluso experimentar cambios en su personalidad o comportamiento. La presencia de algunos o todos estos síntomas puede indicar que la muerte está cerca, aunque es difícil hacer una predicción exacta. Con el tiempo, estos cambios pueden dar lugar a una mayor dependencia de los cuidadores, que pueden resultar exigentes y difíciles de manejar. Es importante mantener la compasión y la empatía unos por otros durante este momento tremendamente difícil.

Conclusión

Un diagnóstico de glioma es un desafío tanto para el paciente como para sus seres queridos. Puede ser un momento confuso y una de las primeras preguntas que hacen los pacientes y sus seres queridos tiene que ver con el pronóstico. El pronóstico puede ser difícil de predecir y depende de muchos factores individuales del paciente y de las cualidades del tumor, incluido el grado y ciertos marcadores genéticos.

Tener todos estos factores en cuenta puede ayudar a determinar los próximos pasos, incluido el desarrollo de un plan de tratamiento centrado en los objetivos de atención del paciente. Desafortunadamente, algunos tipos de gliomas tienen un mal pronóstico y la supervivencia se mide en meses. En estos casos, es importante comprender y estar preparado para una transición gradual. Si bien este proceso puede resultar desafiante, se pueden hacer ciertas cosas para ayudar a aliviar el sufrimiento tanto del paciente como de sus familias.

Conclusiones clave

  • Las perspectivas de recuperación después de un diagnóstico de glioma dependen de factores individuales del paciente y de las características del propio tumor.
  • Los gliomas de bajo grado (grados I y II) son menos agresivos y suelen tener mejores resultados.
  • Los gliomas de alto grado (grados III y IV) son agresivos y tienden a tener peores resultados.
  • La muerte y los gliomas en etapa terminal son temas difíciles de discutir, pero el asesoramiento adecuado puede brindar algo de paz a todos los involucrados.

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